Porque las joyas a veces son un don, una persona… seguimos conociendo de cerca a las jóvenes promesas musicales que se han formado en el Conservatorio de Monzón. Le llega el turno al que dicen es todo un virtuoso de la guitarra, un alumno brillante y, actualmente, entregado profesor, Jairo Lozano.

Queremos adelantaros que el 14 de julio ofrecerá un concierto de guitarra clásica en la plaza Mayor de Latorrecilla (municipio de Aínsa-Sobrarbe), como Pórtico del Festival del Castillo de Aínsa. Su arte unido a la singularidad de la aldea, seguro darán como resultado una velada mágica que no os podéis perder.

Ahora sí, os dejamos con su entrevista 😉

Iniciaste tus estudios musicales a los 16 años en el Conservatorio Profesional de Música “Miguel Fleta” de Monzón, ¿no es quizás una edad que ahora podríamos considerar algo tardía?

Sí, la verdad es que hoy en día a los niños se les apunta antes al Conservatorio, con 7 u 8 años. Pero el aprendizaje y el disfrute no tiene edad, y yo me siento muy feliz de haber descubierto lo que descubrí y cómo han sido los procesos. Para llegar a tomar esa decisión, con 16 años, tuve que pasar por las manos Mari Carmen Escudero, que fue mi primera profesora, el Grupo Folclórico Nuestra Señora de la Alegría, que me apoyó mucho en mi salto hacia el Conservatorio, y una manera muy individual de buscarme la vida para aprender a solucionar los problemas que un profesor de Conservatorio normalmente soluciona por ti.

Tenemos entendido que accediste sin apenas conocimientos musicales, ¿habías aprendido a tocar de oído?

No creo que no tuviera conocimientos musicales, sino que los que tenía eran elaborados por mí y por las ayudas de la gente que me iba encontrando por el camino. Le solía preguntar mucho a mis amigos del Grupo Folclórico, que a la vez tenían amigos que estudiaban guitarra en el Conservatorio, a los que cuando escuchaba se me caía la baba y me moría de ganas por tocar las cosas que ellos tocaban. Todo esto aumentaba mi ansia por aprender e introducirme en el mundo del clásico. Se puede decir que aprendí a tocar la guitarra de oído y ganas.

Uno de tus sueños era aprender a tocar la guitarra para algún día poder llegar interpretar el Concierto de Aranjuez. ¿Cuánto tiempo tardaste en aprender a tocarlo?

Pues tardé unos 3 meses en montarlo. Era la obra que decidí montar en mi último año de carrera. Me encantó. Además, por aquel entonces tocaba muchas horas, tenía mucha carga lectiva y mucha competitividad, ello me acarreó algún problemilla en las manos que me hizo cambiar el modo habitual de tocarlo. Cuando lo interpreté por primera vez fue con piano. Tengo una anécdota muy graciosa, tenía una gripe tremenda y respiraba con bastante dificultad, el público se pensó que mi manera de respirar se debía a mi emotividad, algunas personas del escenario acabaron hasta llorando. Ahora mismo, está pendiente el tocarlo con orquesta.

Siempre has obtenido unas calificaciones excelentes, primera plaza en 2003 para ingresar en el Centro Superior de Música del País Vasco, finalizas el grado superior en el Conservatorio de Música “Manuel Castillo” con la máxima calificación en la especialidad de guitarra, Cum Laude en 2007 en la Hochschule für Musik Nümberg- Agusburg… ¿Qué significado tienen estos reconocimientos académicos para un músico?

Yo no les doy mucho valor, porque depende mucho el momento en el que tocas. Si tienes el día bueno, hay una buena rutina de trabajo y se alinean los planetas gracias a las musas, pues sale bien. Para mí, más importante que la calificación es la experiencia que se va recogiendo en un saquito con los años.

Jairo Lozano.

¿Te abren posteriormente más puertas que a otros alumnos?

No, a pesar de estas calificaciones, muchas veces ni se me ha convocado a tocar para becas. Imagino que influirá un conjunto más grande de factores.

Se ha de tener, además de un talento innato, nervios de acero… por cierto, ¿alguna vez te han traicionado los nervios?

Claro que me han traicionado, pero no de una manera desastrosa. Las cosas suelen salir o un poquito mejor o un poquito peor de cómo sabes hacerlas. Es muy difícil que la diferencia sea grande. Además, cuanto mayor es el conjunto de factores que controlas en el estudio, como respiración, preparación psicológica, velocidades metronómicas diferentes, relajación muscular, etc… menores son las traiciones.

Has estudiado tanto en el norte como en el sur de España, ¿es cierto que la música se siente diferente por allí abajo?

Creo que se trata de una cuestión de idiosincrasia musical. Respecto a lo folclórico, por supuesto que hay diferencias y respecto a la cuestión clásica, en ambos sitios se estudia.La interpretación de un determinado estilo fuera de época exige una disciplina que va más allá de lo que musicalmente se vive con mayor o menor fervor. Cierto es que nada tienen que ver unas bulerías con el aurresku, pero estas diferencias son tradicionales.

Actualmente, eres profesor de guitarra de la escuela Municipal de Música de Aínsa… ¿Cómo se ven las cosas desde el lado de la docencia?

Esta pregunta me hace reír, en un sentido añorable, desde luego. El principio fue muy duro, a pesar de haber estado dando clases desde los 17 años. Muchas veces no encuentras salida y escuchas millones de voces desde la parte trasera de la cabeza, donde duerme la experiencia de mis profesores, para encontrar una solución útil para el alumno. El proceso es sufrido a la par que maravilloso y con los años se comprueba que el trabajo tiene su mérito. Además, al ser una enseñanza tan individualizada, al final el alumno acaba siendo tu amigo y viceversa.

¿En qué momento decides trabajar en la enseñanza?

Cuando volví a España. Algo me dijo que mi tiempo en Alemania se tenía que terminar, y otras cosas llegaron.

¿Te reconoces en tus alumnos?, ¿saben tan bien sus triunfos como los de uno propio?

No me reconozco en mis alumnos porque para mí ellos son ellos, tienen sus manos, susemociones y son personas diferentes. Yo trato de ser una ayuda. Respecto a los triunfos, todo el mundo sabe que molan y está genial, pero me importa más un desarrollo constante que un triunfo momentáneo, a pesar de que, por supuesto, cuando aparecen son una motivación excelente. Si no los hay, no pasa nada, se sigue trabajando.

Habrás tenido buenos maestros… el primero, corrígenos si no estamos en lo cierto, José Antonio Chic. ¿Qué nos dices de él?

Es cierto que Chic fue mi primer maestro clásico pero anteriormente fui alumno de Mari Carmen Escudero y Miguel Ángel Gervás. Puedo decir tanto de Chic que quizás la informática se dé cuenta de que su editor de texto no tiene infinitas páginas. La etapa que viví junto a él fue y será siempre muy importante. Justo ayer me acordaba de él porque encontré unas partituras, de cuando me daba clases, con algunos garabatos hechos sobre el papel, indicándome la manera de interpretar una obra barroca. Lo fantástico es que mi recuerdo se fue a ese día, y estaba tan clara la idea… Me parece muy especial que alguien pueda transmitir tanto con tan poco y dejar tan plasmado el aprendizaje en la memoria del tiempo. Respecto a lo personal, es un tío genial, un gran guitarrista. Todavía seguimos en contacto y hablando por teléfono. Yo sigo encantado 🙂

Jairo Lozano.

¿En la actualidad te sigues formando?

Por supuesto, voy a clases particulares con Fernando Rodriguez en Barcelona. A día de hoy doy gracias a la vida por haberlo encontrado. Pase lo que pase hay que seguir trabajando.

¿Un guitarrista al que admires?

Admiro el mundo de la guitarra en general, puedo hablar de muchos guitarristas que están en un pedestal para mí, en el flamenco, en el clásico… Me encanta ver vídeos en youtube de Marco Socías, Aniello Desiderio, Vicente Amigo, Paco de Lucía, Amdy McKee, John Williams, Manuel Barrueco… la lista es inmensa. Cada artista tiene algo especial y el instrumento permite compartirlo, además con mucha alegría.

¿Algún proyecto futuro que te ronde la cabeza?, ¿algún sueño musical que te quede por cumplir?
 

Está en el aire tocar el Aranjuez con orquesta, proyectos con cámara y algunos retos personales. Por más que hablen los mayas, me sabría muy mal que se acabara el mundo, porque estoy con ganas de seguir. Respecto a los sueños… la vida es sueño… y los sueños… sueños son… Me dejo llevar en esta barca, pero remando ahí fuerte y con gusto 🙂

¿Qué concierto recuerdas que te haya emocionado especialmente?

Recuerdo uno de Vicente Amigo en el auditorio de Zaragoza del que salí con las piernas temblando y otro de Marco Socías en el auditorio de Vilaseca… ambos maravillosamente emocionantes. Respecto a atención me encantó el último que dio mi profesor actual. Nunca he estado tan presente y entretenido en un concierto.

¡Muchas gracias por compartir tu pasión con la música con nosotros, genio!

P.D: Aunque el sonido no le haga justicia, dejamos este vídeo, perteneciente al concierto benéfico de Reyes 2011 – AECC Monzón y Cinca Medio, en el que Jairo interpreta la Suite Koyunbaba.