Segunda entrega de la sección “Una joya para tus oídos” de nuestro blog. En esta ocasión conocemos de cerca al guitarrista montisonense Alejandro Díaz. Coincidiendo con el quinto aniversario de «Miscelanea Guitar Quartet», entrevistamos a este joven músico, tan comprometido como versátil, que se formó, en sus inicios, en el Conservatorio Profesional de Música «Miguel Fleta» y que actualmente reside en Austria.

Ha sido todo un placer. Porque las joyas a veces son un don, una persona…

Hagamos memoria Alejandro, ¿recuerdas cómo nace tu vinculación con el mundo de la música? 

Como para todos los músicos de Monzón, nuestra ciudad ha sido empuje muy importante, ya que las primeras experiencias son las que te marcan para siempre. En mi caso, la familia fue la principal promotora y, en especial, el amor por la música que mi abuelo, mi tía y mi padre me transmitieron.
Mi familia conserva partituras manuscritas que mi abuelo, Justo Díaz, utilizaba en su orquesta. La imagen de manosear e intentar leer aquellos papeles amarillentos que mi abuelo me mostraba, me acompañará toda la vida. Después, por supuesto, el Conservatorio, la banda «La Lira» y la movida del Rock de Monzón me hicieron vivir la música desde muy joven.

A los ocho años comienzas tus estudios musicales en el Conservatorio Profesional de Música «Miguel Fleta». ¿Es tuya la iniciativa de tomar clases?

Qué va, mis padres me apuntaron a los ocho años y querían que tocara el piano. La guitarra, la pusieron como segundo instrumento y ¡ahí caí!. Tuve la suerte de tener muy buenos profesores, destacando a José Antonio Chic, con el que estuve varios años hasta que acabé el grado medio. Es un profesor excelente, además de un gran músico.

¿Y siempre te has decantado por la guitarra?, ¿por qué es tan especial para tí este instrumento?

Fue el instrumento con el que empecé desde pequeñito. También aprendí a tocar el trombón en la banda «La Lira» pero únicamente lo hice mientras estuve en ella. Ahora, también tomo clases de piano y espero no dejarlo nunca. La guitarra es un instrumento que permite llevar a cabo todo tipo de música y por ello, he podido desarrollar estilos muy diversos, desde tocar «World Music» hasta formar parte de una orquesta sinfónica con repertorio contemporáneo, pasando por metal o participar en el proyecto de «Miscelanea Guitar Quartet».

Viajaste hasta Austria para estudiar un máster en la Universidad  Mozarteum de Salzburgo y desde entonces resides en el país, ¿te costó mucho acoplarte al cambio de territorio? 

Estudié el grado superior en Salamanca y después decidí marcharme al extranjero, sabía que me quedaba mucho por aprender. Mi destino fue Salzburgo por recomendación de gente conocida que había estudiado allí. Descubrí que era justo lo que necesitaba en cuanto llegué. Me costó lo suyo acostumbrarme al clima y a la oscuridad del invierno. El máster me tomó tres años y medio, al acabarlo se puede decir que ya estaba completamente adaptado.

¿Qué aspectos de la cultura austriaca te sorprendieron más?

De la cultura austriaca solo puedo destacar aspectos positivos, si bien, es cierto que nada más aterrizar ya salta a la vista que los austriacos son personas más frías y distantes que nosotros. Lo primero que descubrí, es que en Austria, ser músico es una profesion que está valorada a la altura de cualquier otra profesión y que tocar en un concierto es ejercerla. Allí, prácticamente todo el mundo toca un instrumento y la gente asiste constantemente a conciertos en lugar de ver tanto la tele, una de las peores costumbres que tenemos en España. Además, la mayoría de los conciertos son de pago, y no les importa, porque es algo que realmente valoran.

Si pasamos al ámbito de la enseñanza, ¿que diferencias existen entre la educación y los estudios de aquí y los de allí?

La educación musical en Austria está planteada de otra manera. Se intenta que todo el mundo pueda acceder a la educación musical pública en lugar de seleccionar, desde un principio, como sucede en España. Se trabaja con un modelo moldeado a las posibilidades del alumno, pero siempre sin excluir a nadie. La universidad cuenta con profesores de un altísimo nivel y los planes de estudios incluyen más práctica que los de España.

Por cierto, ¿hablas idiomas?, ¿juegan estos un papel importante en tu carrera?

Sí, conocer idiomas es importante para un músico. Cuando llegué a Austria no hablaba ningún idioma, solo podía leer algo en inglés. Eso sí, desde que llegué me puse en serio tanto como con el alemán como con el inglés, que ahora son los principales idiomas que utilizo en mi trabajo. También quise aprender italiano porque me di cuenta de que estaba rodeado de griegos, así que comencé a practicar su idioma y ahora me defiendo más o menos. Por razón similar he aprendido algo de rumano.

Eres un músico que se defiende con soltura en grupo, de solista, como acompañamiento… ¿en qué posición te encuentras más cómodo?

Ya en el Conservatorio de Monzón, la música de cámara (dúo, trio o cuarteto) se convirtió en algo serio para mí. Con Jorge Jimenez y Jairo Lozano ofreciamos, por aquel entonces, algunos conciertos y, más tarde, también con la soprano Mª Eugenia Boix. En Salzburgo, se convirtió en mi actividad principal. Creo que la razón por la que así fue, es que me gusta el trabajo en equipo y compartir el tiempo con personas.
Aunque no he dejado de realizar conciertos en solitario, actualmente «Miscelanea Guitar Quartet» es mi principal proyecto. Además, participo en otras iniciativas y agrupaciones tanto de música clásica como en el ámbito del Pop. Actúo con frecuencia con el «Kora Player», Lamine Cishoko, en la promoción de su Cd «Pakao» que producimos durante 2011 para «Discover Records» y con la banda «Ms Grace», en la que colaboro desde el año pasado y que trabaja en su segundo CD bajo el sello «Moshka Music». Por si fuera poco, me encuentro también preparando un programa de guitarra y fortepiano con la pianista rumana Sinziana Alexandru para empezar con conciertos a partir de septiembre.

Se cumplen cinco años del nacimiento de un proyecto muy especial, «Miscelanea Guitar Quartet», un cuarteto que surje en la Universidad. Habéis ofrecido conciertos en Austria, Alemania, República Checa, España, Polonia y EE.UU. además de haber funcionado en festivales internacionales. ¿En qué punto se encuentra la agrupación en su quinto aniversario?

En un momento muy bueno, tras dos años de consolidación, durante los cuales sus miembros hemos pasado al status profesional, pues el cuarteto nació como un proyecto universitario. Este gran momento coincide con la presentación de nuestro primer CD «Salzburg Concert» bajo el sello oscense de música clásica «ARSIS», que apuesta por jóvenes talentos, españoles y extranjeros con proyección internacional. A lo largo de este año, también saldrá al mercado otro CD con música del compositor Marios Joannou Elia, en el que el quarteto interpreta sus obras dedicada a la formación: «Apophis» y «Staubzucker». Así pues, el compositor cuenta con el cuarteto como su emblema principal para la promoción de su propio sello discográfico a lo largo de este año. Si hablamos de retos a medio plazo nos espera la vuelta a Estados Unidos en junio del 2013 y festivales en Grecia y  Alemania. Precisamente, este pasado miércoles presentamos el CD aquí, con lleno completo y una atmósfera increíble.

El año pasado trajisteis vuestro espectáculo a Monzón. ¿Qué sensación te produjo tocar con «Miscelanea Guitar Quartet» en tu tierra?

Traer el cuarteto a Monzón era algo pendiente desde hacía tiempo y para mí tuvo mucho significado. La gente de Monzón se volcó para hacerlo posible, desde Elena Franco, en el ayuntamiento, hasta Chema Ferrer y Victor Diez, que pusieron su gran experiencia en la sonorización al servicio, y toda la gente que asistió. Fue un día inolvidable. El cuarteto había estado ya otra vez en Monzón de paso, en una ocasión que actuamos en Teruel, y le tienen mucho cariño.

¿Qué significado tiene actualmente la música en tu vida?

La música es mi modo de vida, aunque a veces intento que sea solo mi profesión, no lo consigo.

Sabemos que es muy complicado, pero imaginemos, por un momento, que no fueras músico profesional, ¿a qué te hubieras dedicado?

Sería científico.

Tal y como está el panorama, ¿es muy arriesgado escoger la música como profesión?, ¿qué le dirías a un chaval que empieza?

No conozco ahora mismo ni a uno solo que se haya dedicado a la música y no trabaje, ni siquiera en España. Será porque el que se dedica a ello, lo hace con pasión. No hay peor condena que trabajar solo por dinero. A un chaval que empieza le diría que ni se lo piense dos veces, si sabe que es esto es lo que le apasiona.

¿Qué tipo de música llevas en tu reproductor musical?

Jazz, música clasica y algo de metal para los subidones, jaja.

Por último, ¿cuándo toca volver a casa unos días?

En julio.

¡Muchísimas gracias por prestarte a nuestras preguntas Alejandro!, ¡hasta pronto artista!.

* Entra en la página web de «Miscelanea Guitar Quartet» www.miscelaneaquartet.com y descubre como suena a través de su canal de youtube.

 

… y en el siguiente enlace, ¡el CD «Salzburg Concert» de «Miscelanea Guitar Quartet», en iTunes!
http://itunes.apple.com/us/album/salzburg-concert/id502807575