Una de nuestras principales tareas como joyeros artesanos es la posibilidad de dar una segunda vida a las joyas usadas, rotas, desparejadas o pasadas de moda. Desde el nacimiento de nuestra firma joyera y nuestro correspondiente taller, ofrecemos este servicio. Y no era fácil hacerse un hueco entre los establecimientos ya asentados que se dedicaban exclusivamente a la venta de joyería, pero esta característica, nos diferenció desde un principio y ampliamos así la oferta a nuestros clientes, a la vez que desarrollamos lo que más nos entusiasma, la capacidad de crear.

Con el paso del tiempo las posibilidades que hemos ido ofreciendo a las personas interesadas en la  renovación de sus joyas han evolucionado gracias a la incorporación de nuevas técnicas, además de las puramente artesanales. En este momento muchos de los diseños que proponemos a nuestros clientes se realizan con programas informáticos de diseño 3D, pudiendo ver la imagen de la pieza con un aspecto prácticamente real antes de la realización de la misma. Esta herramienta nos facilita mucho el trabajo, ya que podemos llevar a cabo modificaciones antes de comenzar a trabajar sobre el metal precioso y además, quién realiza el encargo conoce de antemano el aspecto final de la nueva pieza.

Quizá la pregunta más frecuente que nos plantean nuestros clientes es si solamente podemos aprovechar el oro, la plata o el platino de nuestras viejas joyas o si también podemos emplear las piedras que estas llevaban engarzadas. La respuesta que damos es que en el caso de algunas piedras como los diamantes intentamos que estén incorporadas en el nuevo diseño casi en el cien por cien de las ocasiones. Tengamos en cuenta que si tuviésemos que adquirir esos diamantes en este momento, el desembolso seguramente superaría con creces el importe que vamos a pagar por el diseño y realización del mismo. Así que, ¿por qué no aprovechar algo que todavía le va a dar más valor añadido a mi joya?. Si bien, el caso de otro tipo de piedras hay que estudiarlo más a fondo, pues tampoco podemos aprovechar una piedra intentando forzar un diseño que tal vez no la requiera. La experiencia adquirida en más de 17 años, nos dice que no suele dar buenos resultados.

Es imprescindible una buena comunicación con el cliente así como un asesoramiento cercano, para poder adaptar y plasmar su personalidad en esa pequeña obra de arte de la forma más adecuada. A menudo, y si se lleva bien a cabo este proceso, este tipo de joyas suelen convertirse en las más preciadas, pues en las piezas así confeccionadas, mantenemos el valor sentimental que ya tenían antes (por provenir en su mayoría de regalos de personas importantes para nosotros o ser símbolo de momentos muy especiales), y le sumamos la valía que supone aunar todo ello en una pieza confeccionada totalmente a nuestro gusto y medida.

¿Qué os parece la idea de darle una segunda oportunidad a esas joyas que por diferentes motivos no podéis lucir?, ¿os animáis?. No olvidéis que si tenéis cualquier tipo de duda os la resolveremos encantados.

Por cierto, todas las joyas que os mostramos son ejemplos de piezas que han sido creadas en nuestro taller gracias a que sus dueñas les dieron una segunda oportunidad 🙂