Una clienta ha regalado a la niña de sus ojos este solitario que elaboramos a partir del oro de otras piezas que ella misma nos entregó. Además, nos trajo un diamante y eligió este de mayor dimensión, por lo que pudimos abonarle también el valor del suyo. Queda demostrado, una vez más, que de vuestras joyas en desuso pueden nacer regalos maravillosos para personas muy especiales  😉